martes, 6 de agosto de 2019

La NASA descubre 'supertierra' con condiciones propicias para albergar vida

Los investigadores señalaron que si el planeta tiene una atmósfera densa podría atrapar suficiente calor para calentar el planeta y permitir agua líquida en su superficie, aunque faltarían más estudios.

La NASA descubrió algunos nuevos exoplanetas a solo 31 años luz de distancia de la Tierra, entre ellos un exoplaneta que es 6.1 veces la masa de la Tierra, una 'supertierra'.

Los investigadores no saben si la supertierra es rocosa como nuestro propio planeta, pero señalan que es la primera supertierra cercana de la humanidad que podría albergar vida.
“Con una atmósfera espesa, el planeta GJ 357 d podría mantener agua líquida en su superficie como la Tierra y podríamos detectar signos de vida con los próximos telescopios que pronto estarán en línea”, dijo Lisa Kaltenegger, autora del estudio y profesora asociada de astronomía.
El Satélite de Estudio de Exoplanetas en Tránsito de la NASA, TESS, descubrió el exoplaneta GJ 357 d, orbitando una estrella enana M, llamada GJ 357 en la constelación de Hydra, informó el jueves CNN.
La estrella es 40 por ciento más fría que nuestro sol y tiene solo alrededor de un tercio de la masa y el tamaño del Sol.
El GJ 357 d orbita la estrella a una distancia donde la temperatura podría ser la adecuada para soportar agua líquida en la superficie. Orbita alrededor de la estrella cada 55.7 días y tiene una temperatura negativa de 17.8 grados Celsius. Una atmósfera puede hacer que sea más cálido.
“GJ 357 d se encuentra dentro del borde exterior de la zona habitable de su estrella, donde recibe aproximadamente la misma cantidad de energía estelar de su estrella que Marte del Sol”, dijo Diana Kossakowski, coautora del estudio en el Max Instituto Planck de Astronomía.
“Si el planeta tiene una atmósfera densa, lo que requerirá futuros estudios para determinarlo, podría atrapar suficiente calor para calentar el planeta y permitir el agua líquida en su superficie”.
Fuente: La República.pe

viernes, 2 de agosto de 2019

Experto responde a investigación con embriones híbridos humanos y animales

Un experto en bioética respondió a los serios problemas que genera la investigación con embriones híbridos de humanos y animales, que promueve el científico Hiromitsu Nakauchi en Japón y que podría contar con el financiamiento del gobierno del país asiático.
Nakauchi es director del Centro de Biología Celular Estaminal y Medicina Regenerativa de la Universidad de Tokio y jefe del Nakauchi Lab de Stanford.
El científico planea investigar primero con ratones y ratas durante dos años y, de aprobarse la investigación y el financiamiento, crearía luego embriones híbridos de humanos y cerdos que podrían durar hasta 70 días.
El P. Tad Pacholczyk, director de educación del Centro Nacional Católico de Estados Unidos, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que la investigación de Nakauchi consiste en implantar células humanas en embriones de animales como cerdos y ovejas para generar corazones, riñones y otros órganos humanos en esos animales, que puedan servir luego para trasplantes.
“El objetivo es lograr que una especie genere un órgano para la otra y no exactamente ‘combinar’ dos especies en una para generar una tercera”, explicó. Sin embargo, el experto subrayó que una investigación de este tipo no debería usar ni destruir embriones humanos.
El experto alertó que una investigación que atenta contra los embriones humanos es siempre moralmente inaceptable, ya que involucra “la destrucción a propósito de seres humanos para servir a los intereses de otros que son más grandes en edad y que tienen dinero”.
En el año 2000, la Pontificia Academia para la Vida publicó la “Declaración sobre la producción y uso científico y terapéutico de las células estaminales embrionarias humanas”, que señala que “sobre la base de un análisis biológico completo, el embrión humano vivo es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto humano con una identidad bien definida” y por lo tanto “tiene derecho a su propia vida. Por consiguiente, cualquier intervención que no sea en favor del embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho”.
Pacholczyk explicó que “las células humanas por lo general no crecen bien en cerdos u ovejas, debido a la distancia evolutiva, por lo cual se necesita ‘trucos’ adicionales y manipulación genética para que el proceso funcione”.
“Además, también existe la posibilidad de la transmisión de virus de animales como los cerdos a los órganos humanos”, advirtió.
El especialista indicó que en vez de usar embriones se puede usar células estaminales adultas, obtenidas de la médula ósea, o lo que se conoce como células estaminales pluripotentes, que son también células adultas reprogramadas genéticamente para que tengan el estado similar al de las células embrionarias.
El experto dijo que “este tipo de investigación puede hacerse de manera ética que permita además obtener avances científicos; o puede hacer de forma no ética resultando en algo dañino y controvertido desde el aspecto científico”.
Sobre este tema, la revista Nature señala que algunos especialistas en bioética también han advertido que las células humanas pueden ir en su desarrollo más allá del órgano donde se alojen y pasar hasta el cerebro del animal, lo que afectaría su proceso cognitivo.
Al respecto el P. Pacholczyk alertó que en cualquier caso, se debe cuidar que en las quimeras producidas –animales híbridos– se evite la réplica de pilares esenciales de la identidad humana en animales, como el sistema nervioso.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
Fuente: ACI Prensa

Dios está presente en la historia de tu vida

Al volver la vista atrás en la propia vida podemos descubrir la presencia de Dios que nos acompaña y cuida con mano de Padre.


¡Sí! La historia nos habla de la presencia y del amor de Dios para la humanidad y para cada hombre personalmente. Desde el inicio de la creación, cuando Dios creó al hombre a su imagen y el hombre rechazó esta amistad por su desconfianza y desobediencia, la historia nos muestra el esfuerzo del hombre para volver a encontrar la felicidad que tenía al principio pero había perdido.

También nos habla de la presencia continua de Dios que ayuda el hombre a descubrir que su verdadera felicidad sólo se encuentra en Él. Podemos ver todo esto en concreto en el Antiguo Testamento, que es nada más que la historia del Pueblo Escogido de Israel y nos habla, como la historia de tantos otros pueblos, de reyes, de guerras, de héroes y de traidores, pero, también, de manera explícita, de la presencia perenne y de la acción favorable de Dios hacía “su” Pueblo.

Pero el instante definitivo de la historia ha llegado hace más de 2000 años cuando Dios se ha hecho hombre, en la Persona de Jesucristo, y ha querido vivir y compartir la vida humana en todas sus realidades cotidianas de la familia, del trabajo, del amor y del sufrimiento. La vida de Jesucristo no sólo ha marcado al mundo durante unos años, sino que su influencia ha venido perpetuándose hasta hoy. Además, varias de las páginas más importantes y más bellas de la historia, después de Cristo, han sido escritas por discípulos suyos, tal como San Francisco de Asís y Santo Teresa del Niño Jesús, o más cercano, por San Juan Pablo II.

Desde que Dios quiso entrar en el tiempo no sólo la historia de un Pueblo está acompañada por la presencia de Dios, sino toda la humanidad, así como cada persona. Al volver la vista atrás en la propia vida y en la propia historia personal, muchos pueden descubrir también esta presencia divina que les acompaña y les cuida con mano de Padre.

El Pueblo de Israel supo descubrir la especial intervención de Dios en su historia, y cómo la bendición que Dios dio a los judíos era un bien para toda la humanidad. Con Cristo se hizo realidad la promesa: Dios entró en la historia y quiso rescatar a los que vivíamos en las tinieblas del pecado y del error (Ef 5,8; Col 1,13-14). Por eso la historia tiene un sentido sagrado: cada momento puede quedar redimido por Cristo, o puede seguir manifestando las tinieblas del pecado.

A pesar de que alguno tenga motivos para pensar que hay más pecado que santidad y que el cristianismo ha fracasado después de más 2000 años de historia, lo cierto es que el perdón de Dios sigue disponible para todos los que lo acojan. Pablo de Tarso se convirtió cuando perseguía a los cristianos.

También hoy cada hombre o mujer puede cambiar su vida cuando llegue a esta certeza: Cristo "me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2,20).

Fuente: Catholic.net